martes, 27 de febrero de 2018

Obstrucción mamaria por dejar la lactancia nocturna

Comenzamos la cuarta semana dejando la lactancia nocturna muy bien, tan bien que el primer día de esta semana la niña durmió 7 horas seguidas, y eso que no nos lo esperábamos, pues cuando le dí el pecho de noche antes de acostarla a penas mamó. No hacía mucho que había tenido una toma, a la hora de cenar, pero mi pecho izquierdo estaba bastante lleno. No obstante, no me lo vació. No sabía por qué, tal vez es que estaba muy cansada y se quedó profundamente dormida al poco rato. Yo le pasaba el pezón por los labios a ver si volvía a engancharse, pero nada. Así que la acostamos y lo que ya dije, se durmió 7 horas seguidas.

En cambio a mi me tocó acostarme tarde de nuevo, esta vez porque al tener bastante leche en ese pecho lo mejor era vaciármelo para poder pasar la noche tranquila y no tener que levantarme a las 4 de la mañana a hacerlo. Normalmente no me cuesta sacar leche si el pecho está muy lleno, y aunque no lo tenía demasiado hinchado, sí que lo notaba algo dolorido y con muchas ganas de vaciarlo. Me puse el sacaleche y no había manera de que saliera ni una sola gota. Me masajeé un poco y noté una zona en la parte inferior del pecho que estaba muy dura y al tocar me dolía mucho. Lo primero que pensé es que debía apretar ahí para vaciarlo, pero cada vez que lo intentaba me dolía más. Además me fijé que el pezón no tenía forma cilíndrica sino cónica y parecía taponado. El sacaleche no terminaba de hacer bien la succión.

Me relajé, respiré, y me masajeé suavemente el pecho antes de volver a ponerme el sacaleche. Esta segunda vez empezó a salir un poco pero con bastante dificultad, gota a gota. El pezón seguía teniendo una forma rara y empecé a preocuparme. Hace un mes que me notaba un ganglio en la axila del otro pecho, y además en este es en el que me habían localizado las microcalcificaciones hace dos años. Comencé a tener miedo. Cuando nació E. solo pasé por tener un poco de obstrucción un día, pero al vaciar el pecho se me ablandaba por completo y me dejaba de doler, vamos, que más que una obstrucción era la congestión típica de los primeros días de lactancia materna. Esta vez no era así. Estaba notando un bulto muy duro y muy bien definido en la parte inferior de la mama y que me dolía tan solo con el roce. Después de mucho esfuerzo conseguí sacar 50ml de leche, pero aunque el pecho quedó blandito, la dureza seguía en el mismo sitio y me dolía igual que al principio. Dormí fatal, porque me dolía y porque me estaba rallando pensando en todo lo malo que podía ser...

A la mañana siguiente, o sea, al cabo de 7 horas, cuando se despertó la pequeña, tenía el pecho hinchado de nuevo y notaba igualmente la dureza y me seguía doliendo. Mamó mejor que la noche anterior, el pezón tenía de nuevo su forma natural y la niña me vació el pecho muy bien, pero siguió quedando igual, blandito por todas partes menos por donde me dolía. Decidimos ir a urgencias. La zona estaba colorada pero era de masajearme para intentar ablandarla y no me sentí con fiebre, luego no creía que fuera una mastitis.

En urgencias me vio una matrona, me palpó y me dijo que todo apuntaba a una obstrucción mamaria. Debía poner más a menudo a la peque al pecho y masajearme la zona para intentar ablandarla. También me recomendó darme con el agua de la ducha bastante caliente. Yo había leído que si hubiera riesgo de mastitis el calor lo empeoraría, pero sí es cierto que antes de poner al bebé a mamar es recomendable calor en la zona para que la leche salga con más facilidad. No obstante, algo que no estaba haciendo era poner frío entre toma y toma para bajar la inflamación y calmar el dolor, cosa que sí hice la otra vez y me vino estupendamente. En esta ocasión preferí tomarme un ibuprofeno. También me recomendaron dar de mamar en la postura de la loba, es decir a cuatro patas, y así hice antes de acostarnos por la noche, aunque el fundamento de esta postura es que la niña apoye su barbilla sobre la zona que está hinchada y así vaya presionando y facilite la salida de la leche, pero mi hija ya no se pega del todo a mi pecho para mamar, así que aunque lo hice, no sirvió de mucho, porque de hecho la zona donde se suponía que yo tenía la obstrucción era precisamente la zona que está siempre a la altura de su barbilla cuando mama en mis brazos.



Intenté estar distraida todo el día para no pensar en lo peor, y no dejar más de 3 horas entre toma y toma. Por el mismo motivo decidimos que debería ir a dormir con mi chico y la niña de noche para darle de mamar a la pequeña más a menudo. No notaba mejoría. Tenía claro que si a las 48 horas seguía igual debería ir a urgencias de nuevo.

A los dos días, y después de estar dos noches dándole de mamar a menudo a nuestra hija el dolor remitió. La dureza no estaba tan firme pero se seguía notando fácilmente. Tuve paciencia y no volvimos a urgencias. Al final durante ese día el pecho se me ablandó más. Al cabo de 72 horas ya no me dolía nada, ni siquiera cuando lo tocaba y el pecho parecía estar como siempre, aunque no blando del todo en esa zona. Ahora ya no sé si siempre he tenido esa zona más dura que el resto del pecho, es de hace poco, o se me ha quedado así desde la obstrucción.

Ya hemos pasado 3 noches seguidas durmiendo juntos y no sabemos si hemos ido para atrás en el proceso que estábamos llevando a cabo para que la niña se durmiera varias horas seguidas sin depender del pecho, y esta noche será la cuarta porque aunque yo ya estoy mejor, tenemos visita y no puedo dormir en la cama de invitados. Ya veremos si podemos retomar la rutina que comenzábamos a tener y la niña vuelve a ser capaz de dormirse sin mi. Respecto a mi pecho, está claro que tuve la obstrucción mamaria por pasar varios días con un periodo de 7 horas al día sin vaciar el pecho. Se me acabó el "chollo" de dormir 7 horas seguidas (cosa que en 3 semanas solo conseguí una vez) y voy a tener que levantarme de madrugada a vaciarme el pecho o bien a darle de mamar a la pequeña.

Quedan 3 noches para terminar esta cuarta semana. La primera de ellas tendremos que dormir todos juntos y las otras dos veremos cómo se nos da volviendo a dormir separados... Esperemos que la niña no se haya "acostumbrado" de nuevo a dormir con la teta en la boca toda la noche y su padre pueda calmarla como hacía últimamente sin necesitarme a mi. Lo que sí que hemos comprobado es que si estoy yo en la cama se despierta muchas más veces, busca mi pecho para engancharse y luego no mama, como si lo único que quisiera fuera comprobar que estoy ahí. Pero mi chico es capaz de calmar a la peque con su voz y acariciándola en muchas de esas ocasiones, incluso aunque yo esté en la cama con ellos, oeri eso sí, dándoles la espalda y sin hacer nada de ruido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario