martes, 17 de octubre de 2017

La seguridad del hogar cuando comienza a caminar

Nuestra pequeña comenzó a gatear a los 7 meses, pero ahora que va a cumplir 10 ya se pone de pie y camina agarrada a los muebles, a la pared e incluso empujando una silla. Vemos que tiene ya mucha libertad de movimiento y que quiere investigarlo todo, y en nuestra mano está el que lo haga con seguridad.

Enchufes: Ya cuando gateaba nos vimos obligados a poner los protectores correspondientes en todos los enchufes de la casa, pues están muy cerca del suelo y ella intenta ir a tocarlos con sus deditos.

Quiero destacar que dentro de la protección en casa posiblemente esta sea la más importante de ellas, porque el riesgo no es de un golpe, un corte, una caída... sino de electrocutarse, y es que si el cuerpo tan pequeño de un bebé se pone en contacto con la corriente no decimos que "es peligroso" sino directamente que "puede morir en el acto" debido a lo rápido que pasa por su cuerpo la descarga eléctrica.

Esquineras: También las pusimos cuando gateaba y comenzaba a ponerse de rodillas y de pie, ya que no mantenía bien el equilibrio y se quedaba colgando de una mano. Se ha llevado varios coscorrones de esa forma, pero gracias a las esquineras (y que hemos retirado algunos tiradores metálicos de los cajones) hemos podido evitar que se rasgara en los ojos o se hiciera más daño en la cara.

Supongo que más adelante, cuando sepa caminar sola serán más útiles aún, evitando que se los "coma" cuando tropiece al ir corriendo, porque los niños pequeños parece que siempre van corriendo a todas partes, ¿no?

Calcetines antideslizantes: Como veíamos que estaba todo el rato intentando ponerse de pie, pero aún era pronto para ponerle calzado de caminar, le compramos unos calcetines de esos que tienen puntitos en la parte de abajo para que no patinara, ya que otro tipo de calcetines hace que patine y por consiguiente se golpee.

Se los recomiendo a todo el mundo para esta época en la que el bebé está gateando por casa, sobre todo si ya no es verano y el suelo comienza a estar frío. Y no, no hay que tener al bebé atado en su trona o en la cuna todo el día para aislarlo del suelo, es más importante que explore el mundo, que por andar en calcetines un rato por casa no se va a resfriar. Teniendo en cuenta que son bebés que aún no caminan solos, y por lo tanto están más tiempo de rodillas y sentados que de pie.

Puertas de armarios: La pequeña cada vez es más ágil y ha llegado ya al punto de poder mantenerse de pie sola o avanzar agarrándose con una sola mano, así que con la otra siempre intenta "liarla", por ello ya hemos decidido cerrar los armarios que contienen productos de limpieza y herramientas. Hemos escogido el armario de debajo del fregadero para los productos de limpieza y uno de los armarios empotrados para meter todas las cajas de herramientas y resto de cosas potencialmente peligrosas que encontramos en los cajones de la casa o en otros armarios.

Arnés de la silla de paseo: Ahora más que nunca es cuando hay que llevarla atada por la calle, pues se gira en la silla y se pone boca abajo, o incluso se nos ha llegado a poner de pie en ella. Así que no se la puede dejar sin vigilar y por lo tanto lo más seguro es atarla con el arnés de cinco puntos. Lo mismo para cuando está en la trona, ya que se mueve mucho y se puede agarrar a algo que tenga cerca y hacerla volcar.

Recordemos que las sillas de paseo son estables, pero hasta cierto punto, es decir, que el peso ha de estar repartido como dice el fabricante entre la bandeja inferior y el manillar y el bebé siempre sentado correctamente en la silla. Con un bebé que se mueve tanto hay que tener mucho cuidado y no descuidarnos un segundo, así que lo mejor es atarle cuando esté sentado en ella, y si no, pues sacarle y tenerle en brazos, pero nunca dejarle suelto en la silla, porque si el bebé se pone de pie y la silla vuelca, no hay tiempo de reacción, y no es que el niño se caiga sin más, sino que al estar de pie, lo más probable es que lo haga de cabeza al suelo.


Topes para las puertas: Hemos probado diferentes sistemas para mantener abiertas las puertas de los dormitorios y así evitar que la pequeña se pille los dedos con ellas, pero al final no nos han parecido útiles y los hemos quitado. Los que se ponen por debajo de la puerta no sirven si debajo de esta no hay una altura considerable, y las de espuma o silicona que se ponen cerca de las bisagras son muy difíciles de colocar y por ende también de quitar para cerrar la puerta, con lo cual, si por alguna razón quieres poder abrir y cerrar la habitación de vez en cuando, es muy engorroso. Lo que nosotros hacemos es mantener las puertas abiertas de par en par si es que son habitaciones a las que la pequeña puede entrar sin peligro, y siembre bajo nuestra supervisión. O mantener la puerta cerrada si no queremos que se nos cuele de ninguna manera, como por ejemplo en los baños o la cocina, siempre que nosotros no estemos dentro de ella.

Antimosquitos: Al ser tan pequeña no los utilizamos. La piel del bebé es muy sensible y es mejor que le pique un mosquito a tener que rociarle con un producto químico tóxico. Recordemos que los mosquitos, a no ser que se tenga alergia a sus picaduras, lo que producen es una pequeña rojez en la piel que solo se irrita si se rasca, y nosotros ya hemos comprobado que la pequeña no se rasca nada, así que al día siguiente siempre le ha desaparecido la picadura. Eso sí, en zonas en las que hay muchos mosquitos, próximas a aguas estancadas, a los ríos cuando cae la noche y similares, lo que hacemos es ponerle una mosquitera al carrito de paseo y una pulsera antimosquitos en el chasis de la silla, donde ella no pueda acceder ni tocar.

Cajones: Hemos intentado ser prácticos para no tener que llenar con más "chismes" de protección los cajones de los armarios donde pueda acceder la pequeña y lo que hemos hecho ha sido revisar el contenido de los mismos y dejar solo las cosas que son seguras y de las cuales no tendríamos que preocuparnos si el bebé las coge. Las cosas que son de pequeño tamaño o que pueden ser peligrosas las hemos llevado a los armarios en los que sí tenemos puesta una protección de apertura. Aún así en la cocina hay cajones con cuchillos y no se nos ocurre otro sitio donde meterlos, así que debemos pensar qué hacer. De momento ella no entra en la cocina si no estamos nosotros, es uno de los lugares que mantenemos cerrado.

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